Cardos
Contra las lenguas gomosas de las vacas y las azadas de los hombres
Los cardos punzan el aire de verano
O se abren crujiendo bajo una presión negra y azul.
Cada uno un estallido vengativo
De resurrección, un puñado capturado
De armas hechas astilla y de escarcha de Islandia que se
alza
Desde la mancha subterránea de un Vikingo que ha muerto.
Son como el pelo canoso y las guturales de los dialectos.
Cada uno está a cargo de una pluma de sangre.
Después se vuelven grises, como los hombres.
Cuando los cortan, es una contienda. Sus hijos aparecen,
Firmes, armados, contraatacando para recuperar la misma
tierra.
Versión de Tom Maver
del libro: Wodwo
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