Harold Arnett
Me apoyé contra la repisa de la chimenea, enfermo, enfermo,
pensando en mi fracaso, mirando el abismo,
debilitado por el calor del mediodía.
Una campana de iglesia repicaba a lo lejos, como un lamento,
oí el llanto de un bebé
y la tos de John Yarnell,
en cama, afiebrado, afiebrado, muriéndose,
y luego la voz violenta de mi esposa:
“¡Cuidado, las papas se están quemando!”
Las olí… y tuve una irresistible repugnancia,
apreté el gatillo… oscuridad… luz…
un indescriptible arrepentimiento… quise recuperar a tientas el mundo.
¡Demasiado tarde! Así fue cómo vine hasta acá
con pulmones para respirar… acá uno no puede respirar con pulmones,
pero uno debe respirar… ¿De qué le sirve a uno
librarse del mundo, cuando ningún alma
puede alguna vez escapar del eterno destino de la vida?
Versión de Tom Maver
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Harold Arnett
I leaned against the mantel, sick, sick,
thinking of my failure, looking into the abysm,
weak from the noon-day heat.
A church bell sounded mournfully far away,
I heard the cry of a baby,
and the coughing of John Yarnell,
bed-ridden, feverish, feverish, dying,
then the violent voice of my wife:
“Watch out, the potatoes are burning!”
I smelled them… then there was irresistible disgust,
I pulled the trigger… blackness… light
Unspeakable regret… fumbling for the world again.
Too late! Thus I came here,
with lungs for breathing… one cannot breathe here with lungs,
though one must breathe… Of what use is it
to rid one’s self of the world,
when no soul may ever escape the eternal destiny of life?
from Spoon River Anthology, The Barnes & Noble Library of essential reading, New York, 2007.