10.11.12

En el principio fue la fascinación: Pound y Camerotto




Esta vez, Silvia Camerotto traduce a Ezra Pound y escribe una nota de la traductora.


Aώpia

Permanece en mí como los humores eternos
del inhóspito viento, y no
como las cosas transitorias—
lozanas flores.
Albérgame en la imbatible soledad
de acantilados sin sol
y de aguas grises.
Deja que los dioses hablen de nosotros en voz baja.
En los días por venir,
las oscuras flores del Orco
te recuerden.



El regreso

Mira, ellos regresan; ¡oh, mira los movimientos
imprecisos, y los pies lentos,
la dificultad en el paso y el equilibrio
oscilante!

Mira, ellos regresan, uno a uno,
con temor, semi dormidos;
como si la nieve vacilara
y murmurara en el viento,
               y dando media vuelta;
estos fueron los “alados reverenciales”,
               inviolables.

¡Dioses de aquel zapato alado!
¡Junto a perros de plata,
               olfateando el rastro del aire!

¡Ea! ¡Ea!
               Estos fueron los que raudos acosaron;
estos, los hábiles para el rastro;
ellos, el alma de la sangre.

Aflojad las riendas,
               ¡pálidos hombres de las fustas!



Ezra Pound, Idaho, 1885 – Venecia, 1972
En Des imagistes, an anthology, Albert and Charles Boni, New York, 1914
Versión © Silvia Camerotto



Nota de la Traductora:

¿Por qué Pound? Quizá por la fascinación que me produjo cuando lo leí por primera vez. Porque leerlo es entrar a un espacio inhóspito que nos enfrenta a nuestra ignorancia, pero que nos plenifica a medida que avanzamos en la lectura.
Pound es uno de los pocos poetas que conozco capaces de equilibrar imaginación y realidad, abstrayéndose, poniendo la realidad en la fantasía.
Crea así un mundo al que volvemos una y otra vez en busca de esa violencia, ese crescendo que nos sacude hasta los huesos y hace que nuestro piso tiemble,  y que se llama nobleza, o como dice Wallace Stevens, ficción suprema.



ººººººººººººººº


Aώpia

Be in me as the eternal moods
of the bleak wind, and not
As transient things are—
gaiety of flowers.
Have me in the strong loneliness
of sunless cliffs
And of gray waters.
Let the gods speak softly of us.
In days hereafter,
the shadowy flowers of Orcus
Remember thee.



The return

See, they return; ah, see the tentative
Movements, and the slow feet,        
The trouble in the pace and the uncertain      
Wavering!          

See, they return, one, and by one,            
With fear, as half-awakened;            
As if the snow should hesitate          
And murmur in the wind,  
            and half turn back;
These were the "Wing'd-with-Awe,"        
            inviolable.

Gods of that wingèd shoe!
With them the silver hounds,            
            sniffing the trace of air!        

Haie! Haie!                  
    These were the swift to harry;      
These the keen-scented;    
These were the souls of blood.          

Slow on the leash,
            pallid the leash-men!



 Ezra Pound, Idaho, 1885 – Venecia, 1972
En Des imagistes, an anthology, Albert and Charles Boni, New York, 1914

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...