21.6.13

Laura Riding: Marina Kohon traduce su música distinta



Para esta vez, la traductora Marina Kohon traduce a Laura Riding y escribe especialmente una nota de la traductora.



Ecos

1
Desde que aprendí todo en tal temblor anoche-
no con mis ojos certeros   en la oscuridad
sino con mis dedos duros por el miedo,
extendidos para tocar un fantasma, cerrándose en mi-
he estado sonriendo.

2
Criar  inocentes para volverlos monstruos no es
propio de la fertilidad sino
de la fascinación
en las mujeres.

3
Fue el principio del tiempo
cuando la individualidad se paró sobre el limo.
Fue el principio del dolor
cuando un ángel habló y se aquietó otra vez.

4
Luego de contar siglos los números cuelgan
pesados sobre las esperanzas innumerables y oprimen
el corazón que cada mujer silencia bajo su vestido
cerca de la garganta, donde la memoria sujeta el encaje,
un antiguo broche.

5
Es una misión para los hombres asustarse y volar
después de la alarma brillante, día.
Alguien debe aguardar, alguien debe cuidar la noche.





Nota de la traductora:
      ¿Por qué Laura Riding? Por varias razones: porque es muy difícil encontrar traducciones de su poesía al español, porque su decir es una búsqueda de la verdad, una obsesión por la precisión y la reducción del lenguaje. Al leer  sus versos se cruza un límite,  Riding  conjuga el orden universal en un intento de aprehenderlo para que los lectores vean por sus ojos, aunque ese algo que encierra la palabra, no sea exactamente el mismo algo para el resto de las personas;  ella dice “éste es un mundo de torpezas  y de aproximaciones circunstanciales”.  La perfección, la unidad son el otro lado.
        Robert Fitzgerald escribió en The Kenyon Review: “de todos los poemas contemporáneos que conozco, éstos me parecen los más avanzados, los más personales y puros”.  Traducir a Riding es internarse en una música distinta, una sentencia, cada verso es un golpe que va cincelando una piedra para que podamos descubrir su arista,  pureza, brillo. Aquí las palabras chocan entre sí y con los silencios, descubrir  la piedra fundamental  del mundo es la meta. 

Marina Kohon


ºººººººººººººººº


ECHOES

1
Since learning all in such a tremble last night—
Not with my eyes adroit in the dark,
But with my fingers hard with fright,
Astretch to touch a phantom, closing on myself—
I have been smiling.

2
Mothering innocents to monsters is
Not of fertility but fascination
In women.

3
It was the beginning of time
When selfhood first stood up in the slime.
It was the beginning of pain
When an angel spoke and was quiet again.

4
After the count of centuries numbers hang
Heavy over the unnumbered hopes and oppress
The heart each woman stills beneath her dress
Close to the throat, where memory clasps the lace,
An ancient brooch.

5
It is a mission for men to scare and fly
After the siren luminary, day.
Someone must bide, someone must guard the night.




Laura Riding

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