9.6.13

Mary Oliver - El trabajo, a veces



EL TRABAJO, A VECES

Estuve triste todo el día, ¿y por qué no? Ahí estaba, con libros apilados a ambos lados de la mesa, los papeles todos amontonados, las palabras cayéndose de mi boca.

Los petirrojos estaban cantando hacía ya un tiempo y ahora estaba empezando a llover.

¿De qué estamos seguros? La felicidad no es un pueblo en un mapa, o una llegada antes de tiempo, o una tarea bien hecha, sino un buen trabajo en desarrollo. Que no parece ser la insignificancia de los poemas.

Entonces empezó a llover más fuerte y las flores en el patio se llenaron de una fragancia alegre.

Vos tuviste días como éstos, sin duda. ¿Y no fue maravilloso, finalmente, dejar el cuarto? ¡Ah, qué momento!

Yo, por mi parte, abrí de un tirón la puerta. Y ahí estaba el mundo, sin palabras, cantante. Y corrí por mi vida.




Del libro New Poems (2004-2005)

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WORK, SOMETIMES

I was sad all day, and why not.  There I was, books piled on both sides of the table, paper stacked up,  words falling off my tongue.

The robins had been a long time singing, and now it was beginning to rain.

What are we sure of?  Happiness isn’t a town on a map, or an early arrival, or a job well done, but good work ongoing.  Which is not likely to be the trifling around with a poem.

Then it began raining hard, and the flowers in the yard were full of lively fragrance.

You have had days like this, no doubt.  And wasn’t it wonderful, finally, to leave the room?  Ah, what a
moment!

As for myself, I swung the door open.  And there was the wordless, singing world.  And I ran for my life.

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