Entre guerras
("Mujer con el cuello cortado" - Alberto Giacometti)
No podés escucharla.
Mirá cómo
está tirada
debajo tuyo, el cuerpo una herida
a través
del espacio: como si la carne fuera una herida
al
espacio, ser desgarrada
en tiras de
cuero cabelludo, nervios,
huesos, llanto.
El hierro
fundido es cruel, borra
casi todas los signos de lo humano.
Pero algo
atraviesa
el fuego, la boca del horno-
Una cabeza
carbonizada lanzándose
como hacia el pasado,
un brazo
retorciéndose hasta que la mano se retuerce
hasta ser la abrupta garra de una bestia.
Sobrevive
sólo lo suficiente
para devolver la mirada; de otra
manera
los pechos
de metal no sobresaldrían
como
pechos, y el tajo
donde su
garganta se desgarra
no sangraría
con un
silencio casi humano…
Escuchá, algo se revuelve,
se
desenrosca. Un hormigueo. Un crujido
de heladas
alas invisibles-
y el
rasguñido a través del aliento
que no está ahí,
un grito
que quiere ser oído,
quiere nacer
en el oído
del corazón del corazón.
Sus dientes me carcomen.
Su sangre
se siente fresca; su cuerpo todavía
se marchita, sellada
en un final
de bronce, congelado para siempre
en el momento
en que el
cuchillo invisible lo atraviesa-.
Afuera es 1932:
“nada
sólido, nada dura”.
Por qué habría de durar esto.
Por qué
piernas retorcidas alrededor de la espina,
burlando la forma del sufrimiento
que dura.
Qué se supone que deba
mirar, por qué ella nunca
va a
hablar. Esto está más allá de la desnudez.
Le tengo miedo a su llanto.
Escuché los
agudos cueros cabelludos de otras aguas
haciendo espuma en la orilla:
una helada
ola de nada, y nada.
Lo que sea vuelve
para
encontrar una voz, para abrir
el mundo dentro de la palabra-
impronunciable,
su congelado espacio abriéndose.
Versión de Tom Maver
ºººººººººººººº
Suji Kwock
Kim – Between the wars
(“Woman with her throat cut”, Alberto
Giacometti)
You cannot hear her.
See how she
lies
beneath you, body wound
through
space: as if flesh were a wound
to
space, to be stripped away
in peels of
scalp, nerve,
bone, cry.
The
cast-iron is cruel, erasing
nearly all signs of the human.
But
something passes through
the fire, the oven’s mouth-
a charred
head hurtling back
as if into the past,
an arm
flinching until its hand withers
into a beast’s jagged claw.
Just enough
survives
to return your gaze: otherwise
the metal
breasts would not bulge
like
breasts, and the gash
where her
throat rips open
would not bleed
an almost
human silence…
Listen, something stirs,
uncoils. Caul-slither.
A rustle of icy,
invisible wings-
and clawing
through breath
that is not there,
a scream
wants to be heard,
wants to be born
in the ear
at the heart’s heart.
Its teeth gnaw at me.
Her blood
feels fresh; her body still
writhes, sealed
in a
gunmetal finish, forever frozen
at the moment
the unseen
knife cuts through-.
Outside it is 1932:
“nothing
solid, nothing durable”.
Why should this endure.
Why legs
twisted around the spine,
mocking the shape of lasting
suffering.
What was I meant
to see, why she will never
speak. This
is beyond nakedness.
I’m afraid of her cry.
I hear the
sharp scalps of other waters
foaming on no shore:
a cold wave
of nothing, and nothing.
What is it comes back
to find a
voice, to unseal
the world within the word-
unspeakable, its icy space opening.