Subiendo con el ascensor hasta el cielo
Como dijo
el bombero:
No alquiles
un cuarto más arriba del quinto piso
en ningún
hotel de Nueva York.
Tienen
escaleras que llegan hasta ahí y más
pero nadie
las va a subir.
Como el New York Times dijo:
El ascensor
siempre busca
el piso
donde está el fuego
y se abre
automáticamente
y no se
cierra.
Éstas son
las advertencias
que debés
olvidar
si estás
subiendo para salir de vos.
Si te vas a
estrellar contra el cielo.
Muchas
veces pasé
el quinto
piso,
maniobrando
hacia arriba,
pero sólo
una vez
llegué
arriba de todo.
Piso
sesenta:
pequeñas
plantas y cisnes inclinándose
sobre sus
tumbas.
Piso
doscientos:
montañas
con paciencia de gato,
un silencio
que usaba zapatillas.
Piso
quinientos:
mensajes y
cartas de otros siglos,
pájaros
bebiendo,
una cocina
de nubes.
Piso seis
mil:
las
estrellas,
esqueletos en
llamas
con los
brazos cantando.
Y una
llave,
una llave
muy grande
que abre
algo –
alguna
puerta útil –
en alguna
parte –
de allá
arriba.
del libro The awful rowing toward god (1975)
Versión de Tom Maver
°°°°°
Riding the elevator into the sky
As the
fireman said:
Don't book
a room over the fifth floor
in any
hotel in New York .
They have
ladders that will reach further
but no one
will climb them.
As the New
York Times said:
The
elevator always seeks out
the floor
of the fire
and
automatically opens
and won't
shut.
These are
the warnings
that you
must forget
if you're
climbing out of yourself.
If you're
going to smash into the sky.
Many times
I've gone past
the fifth
floor,
cranking
upward,
but only
once
have I gone
all the way up.
Sixtieth floor:
small
plants and swans bending
into their
grave.
Floor two
hundred:
mountains
with the patience of a cat,
silence
wearing its sneakers.
Floor five
hundred:
messages
and letters centuries old,
birds to
drink,
a kitchen
of clouds.
Floor six
thousand:
the stars,
skeletons
on fire,
their arms
singing.
And a key,
a very
large key,
that opens
something —
some useful
door —
somewhere —
up there.