Oda a la Lealtad Rota
Quiero
volver a ese día, en que
se rompió
en mí la lealtad
a la
familia, cuando me liberé,
liberada de
todos, de todo lo humano,
y derivé
como un astronauta
suelto.
Quiero volver a la hora
en que una
cuerda de mi mente se cortó
y ya no me
alimentó la placenta de la nucleada
o extendida
familia sino a la hora en que me aborté
a mí misma
o que fui abortada de esa casa. Una vez
arrancada,
ya aparte y apartándome, parecía que era
poco de lo
que no podía escribir, sentí
como si mi
expulsión y deshabilitación
hubieran
sido anulados, yo estaba en el viento, como
una mujer
soltera sola en el orgasmo,
como una
bruja, pero pensé que estaba pensando y cantando
para todos,
en cada tierra
y cada
tiempo. Estaba loca. ¿Estaba loca? Pensé
que alguien
llevada más allá del silencio
de la
normal reticencia podía hablar
para los
normales. No quiero volver
a la hora
en que me solté y corrí,
la yema y
la clara brillando en los bordes
de la
cáscara rota. Me encanta decir
que pude
haber sido yo quien rompiera el contrato,
como si no
fuera obvio
que fue
roto, físicamente, en mí.
Quiero
volver al momento en que encontré el papel
y la tinta,
como si la materia de la tierra
quisiera
cantar y ser cantada, como si una pudiera
pensarse
leal, siendo leal a ese canto.
Versión de
Tom Maver
°°°°°
Ode of Broken Loyalty
I want to
go back to that day, when it
was broken
in me, the loyalty
to family,
when I was cut free,
or cut
myself free, from the fully human,
and floated
off, like an astronaut
untethered.
I want to go back to the hour
some cord
in my mind was cut, and I no longer
was fed by
the placenta of the nuclear
or extended
family, but aborted
myself or
was aborted from that house. Once torn
away, once
shunned and shunning, it seemed there was
little I could
not write about, I felt
as if my
disenfranchisement
had been
undone, I was out on the wind, like a
spinster
alone in orgasm,
like a
witch, but I thought I was thinking and singing
for
everyone, in every land
and time. I
was insane. Was I insane? I thought
that
someone driven out beyond the silence
of normal
reticence could speak
for the
normal. I don’t want to go back
to the hour
I broke and ran, the broken
yolk and
albumen shining in the toothed
bowls of
the shell. I love to say
it might
have been I who broke the contract,
as if it
were not obvious
it was
broken, physically, in me.
I want to
go back to when I found the paper,
and the
ink, as if the matter of the earth
wanted to
chant, and be chanted, as if one could
think
oneself loyal, being loyal to that chant.