(Maine,
EEUU, 1897; New York, EEUU, 1970)
Decimoquinta
despedida
I
Podés
obtener todo de mí, menos mi aliento,
la vida
ligera en mi garganta no va a pausarse
ni por tu
amor ni por tu pérdida ni por nada.
¿Debo
convertirme en la alcahueta de la muerte,
excavar la
verde tierra en busca de la oscuridad debajo de ella,
dejar que
el polvo me encierre, cubriendo todo lo que fue
con todo lo
que será? Mejor, de las garras del tiempo,
la
endurecida cara debajo de la sutil corona.
Más fresca
que las piedras en los pozos, más dulce, más amable
que las
calientes, traidoras palabras, mi respiración se mueve
cerca de mi
sangre que se zambulle. ¡Sé fuerte, y colgá
como
neblina indivisa sobre mi pecho y mi mente,
respiración
mía! Olvidaremos el corazón que ama
aunque en
mi cuerpo lata su espada, y su colmillo.
II
Salí a
errar cuando pensé que la soledad era el ancho
olor a
pasto cortado sobre los campos abandonados
o sobre cualquier
sombra que el aislamiento produce.
La soledad
era el corazón dentro de tu costado.
Tu
pensamiento, más allá de mi alcance, era un aire inclinado
rodeado por
tantos bordes como el viento.
¿Cómo
podría juzgarte tierno o cruel
cuando todo
el claro espacio que vuela estaba a tu cuidado?
Ahora que
te dejo, los simples días vacíos
me van a hacer
una solitaria, - jamás ese frío,
resonante
corazón volverá a golpear entre mis brazos
otra vez, como
consternado por la distancia,- sólo
niveles del
atardecer, ahora, detrás de una colina,
o un último
gallo desde las granjas oscurecidas.
Versión de
Tom Maver
ººººººººººººººººººººººººº
Fifteenth
Farewell
I
You may
have all things from me, save my breath,
The slight
life in my throat will not give pause
For your
love, nor your loss, nor any cause.
Shall I be
made a panderer to death,
Dig the
green ground for darkness underneath,
Let the
dust serve me, covering all that was
With all
that will be? Better, from time's claws,
The
hardened face under the subtle wreath.
Cooler than
stones in wells, sweeter, more kind
Than hot,
perfidious words, my breathing moves
Close to my
plunging blood. Be strong, and hang
Unriven
mist over my breast and mind,
My breath!
We shall forget the heart that loves,
Though in
my body beat its blade, and its fang.
II
I erred,
when I thought loneliness the wide
Scent of
mown grass over forsaken fields,
Or any
shadow isolation yields.
Loneliness
was the heart within your side.
Your
thought, beyond my touch, was tilted air
Ringed with
as many borders as the wind.
How could I
judge you gentle or unkind
When all
bright flying space was in your care?
Now that I
leave you, I shall be made lonely
By simple
empty days, never that chill
Resonant
heart to strike between my arms
Again, as
though distraught for distance, only
Levels of
evening, now, behind a hill,
Or a late
cock-crow from the darkening farms.
from The blue estuaries (Poems 1923 – 1968),
The Noonday Press, New York ,
1995.