27.4.12

Tracy K. Smith - No lo extraño

(EEUU, 1972)

No lo extraño

pero a veces me olvido dónde estoy,
me imagino a mí misma dentro de esa vida otra vez.

Mañanas recalcitrantes. El sol quizás,
o más bien una luz sin color

filtrándose a través de las nubes sin forma.

Y cuando empiezo a creer que no la dejé,
el descanso vuelve. Nuestro sillón. El humo de mi cigarrillo

trepando las paredes mientras las horas caen.
Yo lucho contra el ruido del tráfico, de la música,

de cualquier cosa viva para oír tu llave en la cerradura.
Y siento ese correteo en el corazón

como si el día, la noche, donde sea que esté
en ese momento, fuera sólo un zumbido

de alguna cosa distinta a esperar.

Escuchamos tantas cosas sobre cómo se siente el amor.
Ahora mismo, hoy, con la lluvia ahí afuera

y las hojas que quieren tanto como yo creer
en mayo, en las estaciones que vienen cuando las llamamos,

es imposible no querer
entrar al otro cuarto y dejar que vos

pases tus manos por los costados de mis piernas,
sabiendo perfectamente bien lo que ellas saben.



ººº


Nota del T.: 

Terminada la traducción, extraño. Ahora que dejé de imaginarme a mí mismo en esa otra vida, voy a dedicarme, por el tiempo que dure esta nota, a extrañar mi vida, esa que tuve antes de que me dedicara a escribir y a traducir.

Los recuerdos me visitan caóticamente. Estoy en una cancha inmensa jugando con mis amigos con una pelota ovalada, corremos, pateamos. El verde de todo nos invade el cuerpo transpirado, sin remera. Una mujer, luego de besarme, me mira la boca, los destellos de saliva. Entro a un edificio donde voy a aprender a odiar las normas. Un amigo me pasa un libro de poemas. La secundaria se hace más insoportable. Leo por horas, hago deporte. Viajo, escribo un poema una vez, se los muestro a mis dos amigos, estamos por ir a Cafayate haciendo dedo. Miro el cielo, escribo: “las penitencias del sol”. Conozco a Candela, el mundo termina o cambia o empieza. Una persona, un acontecimiento. Un día el mundo pierde sus formas y yo mudo de piel. Escribo para permanecer. Traduzco para irme.

A punto de terminar la nota, abro los ojos. Estuve extrañando, me digo. Estuve traduciendo, me corrijo. Miro mis manos. “Con esto la acaricié una vez, con estas dos manos también traduzco”, me digo. Hoy ese yo está diluido en mí y a veces resplandece trayéndome recuerdos.

Hay ahí otro idioma, otro poema, otra persona y frases, frases. Imagino una manada de caballos. Veo el cerco de la traducción, los límites de mi oficio. No van a poderlo saltar todos. De todas maneras, es increíble la belleza del salto.






Versión de Tom Maver


ºººººººººººººººººººº

I Don't Miss It

But sometimes I forget where I am,
Imagine myself inside that life again.

Recalcitrant mornings. Sun perhaps,
Or more likely colorless light

Filtering its way through shapeless cloud.

And when I begin to believe I haven’t left,
The rest comes back. Our couch. My smoke

Climbing the walls while the hours fall.
Straining against the noise of traffic, music,

Anything alive, to catch your key in the door.
And that scamper of feeling in my chest,

As if the day, the night, wherever it is
I am by then, has been only a whir

Of something other than waiting.

We hear so much about what love feels like.
Right now, today, with the rain outside,

And leaves that want as much as I do to believe
In May, in seasons that come when called,

It’s impossible not to want
To walk into the next room and let you

Run your hands down the sides of my legs,
Knowing perfectly well what they know.




 from DuendeGraywolf Press, 2007.

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