4.8.13

Anne Sexton - Aquel día




AQUEL DÍA

Éste es el escritorio donde me siento
y éste es el escritorio donde te amo demasiado
y ésta es la máquina de escribir, delante mío,
cuando ayer sólo tu cuerpo estaba delante de mí,
con sus hombros reunidos como un coro griego,
con su lengua como un rey inventando reglas al pasar,
con su lengua afuera como un gato tomando leche,
con su lengua – los dos envueltos en su vida resbalosa.
Eso fue ayer, aquel día.

Ese fue el día de tu lengua,
tu lengua que salía de tus labios,
dos abridores medio animales, medio pájaros
atrapados a la entrada de tu corazón.
Ese fue el día que seguí las reglas del rey,
pasando junto a tus venas rojas y azules,
mis manos bajando por la columna vertebral rápidas como por un tubo,
las manos entre las piernas donde desplegás tu conocimiento interior,
donde están enterradas las minas de diamante que ven la luz,
que aparecen más rápidamente que una ciudad reconstruida.
En apenas segundos, se completa el monumento.
La sangre corre por debajo pero hace aparecer una torre.
Una multitud debería reunirse para semejante construcción.
Si hay un milagro, uno se pone en la fila y tira papel picado.
Seguro que la prensa está buscando titulares.
Seguro que alguno va a poner afiches en la calle.
Si construyen un puente, ¿no debería el gobernador cortar una cinta?
Si ocurre un fenómeno, ¿Los Reyes Magos no deberían traer regalos?
Ayer fue el día que traje regalos para tu regalo
y vine del valle para encontrarme con vos en el pavimento.
Eso fue ayer, aquel día.

Ese fue el día de tu cara,
tu cara después del amor, pegada a la almohada, una canción de cuna.
Medio dormido a mi lado dejando que la antigua mecedora parara,
nuestro aliento se hizo uno, aliento de recién nacido,
mientras mis dedos dibujaban pequeñas oes en tus ojos cerrados,
mientras mis dedos dibujaban pequeñas sonrisas en tu boca,
mientras escribía TE AMO sobre tu pecho y su redoble
y susurraba: “¡Despertate!” y vos murmurabas en sueños:
“Shh. Estamos manejando a Cape Cod. Encaramos hacia el puente
Bourne. Estamos en la circunvalación Bourne”. ¡Bourne!
Entonces te conocí en tu sueño y recé para que en nuestro tiempo
yo fuera atravesada y vos te arraigaras en mí
y para que yo pudiera dar a luz tu semilla, pudiera cargar
el vos o el fantasma de vos en mi pequeña casa.
Ayer no quise que me tomaran prestada
pero ésta es la máquina de escribir que está delante mío
y el amor está donde está el ayer.






Versión de Tom Maver
del libro Love Poems (1967)

ººººººººººººº


THAT DAY

This is the desk I sit at
and this is the desk where I love you too much
and this is the typewriter that sits before me
where yesterday only your body sat before me
with its shoulders gathered in like a Greek chorus,
with its tongue like a king making up rules as he goes,
with its tongue quite openly like a cat lapping milk,
with its tongue -- both of us coiled in its slippery life.
That was yesterday, that day.

That was the day of your tongue,
your tongue that came from your lips,
two openers, half animals, half birds
caught in the doorway of your heart.
That was the day I followed the king's rules,
passing by your red veins and your blue veins,
my hands down the backbone, down quick like a firepole,
hands between legs where you display your inner knowledge,
where diamond mines are buried and come forth to bury,
come forth more sudden than some reconstructed city.
It is complete within seconds, that monument.
The blood runs underground yet brings forth a tower.
A multitude should gather for such an edifice.
For a miracle one stands in line and throws confetti.
Surely The Press is here looking for headlines.
Surely someone should carry a banner on the sidewalk.
If a bridge is constructed doesn't the mayor cut a ribbon?
If a phenomenon arrives shouldn't the Magi come bearing gifts?
Yesterday was the day I bore gifts for your gift
and came from the valley to meet you on the pavement.
That was yesterday, that day.

That was the day of your face,
your face after love, close to the pillow, a lullaby.
Half asleep beside me letting the old fashioned rocker stop,
our breath became one, became a child-breath together,
while my fingers drew little o's on your shut eyes,
while my fingers drew little smiles on your mouth,
while I drew I LOVE YOU on your chest and its drummer
and whispered, "Wake up!" and you mumbled in your sleep,
"Sh. We're driving to Cape Cod. We're heading for the Bourne
Bridge. We're circling the Bourne Circle." Bourne!
Then I knew you in your dream and prayed of our time
that I would be pierced and you would take root in me
and that I might bring forth your born, might bear
the you or the ghost of you in my little household.
Yesterday I did not want to be borrowed
but this is the typewriter that sits before me
and love is where yesterday is at.




LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...